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Mentalización y empatía

Arturo Soria Psicólogos. 05/01/2023

La capacidad del ser humano de interpretar y comprender las conductas propias y ajenas determina en gran medida el éxito en sus relaciones sociales y su salud psicológica y emocional.

Más concretamente, cuando hablamos de mentalización aludimos a nuestra capacidad de adivinar, suponer o interpretar los pensamientos, actitudes, sentimientos, valores, motivaciones o intenciones que subyacen a la conducta de otras personas y a la nuestra propia. Al hablar de mentalización hacemos referencia al proceso por el que un individuo dispone del conocimiento necesario para diferenciar “la realidad” de “sus ideas sobre esa realidad”. Es decir, el proceso que le permite comprender que la realidad siempre es una realidad figurada.

La mentalización nos ayuda a tomar conciencia de nuestra propia experiencia interna. Y de paso, a diferenciarla de la de los demás. Se trata de un proceso que aprendemos gracias a nuestras figuras de apego y que, a su vez, favorece otras funciones y capacidades propias como, por ejemplo:

Regulo mis emociones de una manera adecuada. Si identifico mis pensamientos y sentimientos ante una determinada situación, me resultará más fácil autorregularme, hacerme una idea del impacto de mi actitud o conducta sobre los demás y decidir cuál podría ser la posible respuesta.

Pongamos como ejemplo, una escena en la que alguien dice o hace algo que me molesta. Si soy consciente de mi enfado, de qué lo provoca y las consecuencias de responder de forma impulsiva, podré calmarme y decidir respecto a la expresión de dicha emoción. Por ejemplo, puedo esperar a estar a solas con esa persona y expresarle cómo nos hemos sentido anteriormente.

Comprendo los estados emocionales de los demás Cuando somos capaces de atribuir ciertos estados mentales a los otros (creencias, sentimientos, etc.) es más fácil entender su comportamiento y actitud (incluso aunque éste nos duela o fastidie).  

Soy capaz de diferenciar mis pensamientos respecto de la realidad. Una buena capacidad de mentalización nos ayuda a entender que los pensamientos aunque sean referidos a una realidad, no son lo mismo. En este sentido, el impacto de ciertas ideas angustiosas se atenuará al verlas como lo que son, simples pensamientos.

Tengo una comunicación efectiva y de calidad con los demás. Interpretar correctamente los deseos, ideas y pensamientos de otras personas, nos permitirá comunicarnos de una manera más ajustada y efectiva.

Si soy flexible en mi forma de pensar y actuar. Una correcta función reflexiva nos permite entender que nuestro modo de ver la realidad es solo uno más entre muchos posibles. Además, ayuda a alejarse de posiciones radicales y a mantener una duda razonable sobre nuestras propias convicciones.

Cuido y protejo mi autoestima. Imaginemos el caso de un empleado que sufre un trato hostil por parte de su jefe. Si el trabajador no ha adquirido una adecuada función reflexiva es fácil que relacione esa hostilidad con su manera de ser («No soy lo suficientemente bueno»«Soy un desastre»). Si, por el contrario, es capaz de atribuir ese comportamiento a estados mentales que tienen que ver con su superior y no con él, la situación le creará malestar, pero su autoestima y su autoconcepto no se resentirán.

Mentalización y empatía…

Además de las funciones anteriores, la mentalización favorecenuestra capacidad de identificarnos emocionalmente con la otra persona; no solamente de entenderle cognitivamente. Es lo que conocemos como empatía. Ser empáticos o “ponernos en los zapatos de los demás”, requiere de un acercamiento afectuoso y un interés genuino por ellos. Esto es posible gracias a un esfuerzo deliberado por no alterar la imagen ajena con nuestros filtros personales, y a una disposición de apertura emocional.

Como seres humanos formamos parte de un contexto social, donde la empatía es una habilidad indispensable para el buen desarrollo de nuestras vidas. La verdadera comprensión de los demás encuentra su fundamento en la escucha empática. Y ésta, a su vez,se halla en la base de un adecuado desarrollo de nuestra capacidad de mentalización.